domingo, 27 de marzo de 2011

Talking to the moon.

+ No sé porqué soy así, no da igual, hay algo que me hace odiarlo todo. Nunca intentas explicar el porqué de las cosas. ¿Te das cuenta? ¡Lo conseguimos! ¡Somos adultos! Ya está. Todo acaba mal. ¿No te gustaría volver a atrás cuándo todo iba bien? El futuro lo es todo, más mierda nada más.

Soy un desastre de persona. Soy desordenado, descuidado, olvidadizo y muchas veces me quedo absorto en un profundo letargo mientras pienso sobre mis cosas (vamos, lo que se dice vulgarmente EMPANARSE) ¿Cómo pretendéis que sea constante y escriba con regularidad en este blog? Si no hiciera eso esto no tendría mi sello personal ¡Ilusos!

Pero ciertos acontecimientos me han llevado a inspirarme. Espero que no sea como los “proyectos a post” (porque a veces intento modernizar esto…) que se quedaron en papel mojado. Pero bueno centrémonos en el tema: ¿Tenéis ideales? ¿Creéis en ellos? ¿Hasta qué punto seriáis capaces de luchar por ellos? ¿Merece la pena las consecuencias de esa defensa a ultranza?

Mi opinión es que sí, a todo.

El pensamiento es lo que nos distingue de los animales. La razón es la que produce nuestras ideas y por tanto para no perderlas debemos creer en ellas. ¿Cómo lo hacemos? Defendiéndolas en nuestro día a día. No es mi intención soltaros la chapa acerca de asuntos filosóficos porque a mí también me aburren soberanamente y no me quiero dormir mientras escribo estas líneas. Yo creo que lo que mueve el mundo no es el odio, la envidia, la hipocresía o la avaricia, por ejemplo. Aunque suene muy pedante, el amor, la pasión, la amistad o la fraternidad mueven el mundo y nos pueden poner a prueba de una manera que mucha gente jamás sospecharía. ¿Hasta dónde serías capaces por estar con esa persona a quién quieres con locura? ¿Qué pasaría si se produce una gigante brecha, que parece inexorable, en tu vida? ¿No es necesario intervenir siguiendo el camino de tus ideas? A mí me enseñaron a defenderlas hasta el último momento, pese a quien le pese, y es la única educación que he recibido. Posiblemente esté demente, medio esquizofrénico y un poco bipolar. Todos tenemos nuestros… pequeños secretos. ¿Será la hora de madurar? ¿Cambios de aires? ¿Cuándo nos convertiremos en adultos? ¿Cuándo acabe segundo de bachiller me levantaré una mañana y seré adulto? ¿Cómo va eso? No lo he experimentado nunca. Tengo un poco de miedo, miedo a lo desconocido y a poner los pies en la tierra. Deseadme suerte, cariños míos.

C'est la vie! Y a seguir adelante si queremos vivir, por muchas piedras en el camino que nos encontremos.