martes, 21 de junio de 2011

Requiem for a dream.

Es muy curiosa la vida. En tan solo una mísera centésima de segundo pasas de ser un ser humano feliz a un pordiosero que sigue su camino sin tener un horizonte fijo al que seguir. A mi no me parece justo pero es lo que hay. Soy demasiado frágil e inestable para cambiar el mundo yo solo. Ahora mismo estoy tumbado en la cama, en calzoncillos y asándome de calor, intentando reconstruir unos hechos que ha girado el rumbo de mi vida. Hay veces que te toca ser el malo de la película para poder ser consciente de todos los puntos de vista y no precipitarnos al juzgar. Voy a intentar ser una persona positiva y pensar que todo esto me va ayudar a ser más fuerte y mejor persona. ¿Qué debo hacer ahora? En primer lugar, voy a poner los puntos sobre las íes. Después comenzaré un largo proceso de meditación interior que intuyo que concluirá con un exilio voluntario que puede que no tenga un final próximo.

En estos momentos hay una locomotora que se dirige a mí disparada y sin frenos. ¿Qué hago? ¿Me quedo quieto? ¿Me aparto y dejo al tren seguir adelante? Son muchas preguntas que rondan en mi cabeza y no logro encontrar una respuesta clara y definida que de con la solución a todos mis problemas. Ya es hora de cambiar. Mi “yo adulto” me pide a gritos que le abra la puerta y, en estos momentos, estoy dispuesto a abrirle. Tal vez él sepa que tengo que hacer porque ya es hora de asumir las consecuencias de nuestros actos.

Nunca te calles. Dí todo lo que sientas.

Simplemente, si alguna persona está leyendo este desértico blog, me gustaría deciros que disfrutéis de la vida al máximo ya que no apreciamos, de forma justa, el mero hecho de existir, de ser libre. Dejemos el odio, la violencia y el rencor atrás. No se crea nada bueno utilizándolos. Mira a la vida con una sonrisa y que nada ni nadie te haga arrancártela de la cara. Sé feliz. Que nunca te importe lo que los demás puedan pensar de ti. ¿Qué te gusta ponerte una falda de color rosa fucsia con lunares muy grandes? Por favor, póntela pero con la cabeza bien alta. ¿Qué estás enamorad@ del chic@ que siempre se sienta en el mismo sitio del autobús todas las mañanas? ¿A qué esperas? ¡Invítale a tomar algo! ¡El tiempo es oro, amig@s!

Esta sociedad tiene muchísimos problemas y uno de ellos es el problema del “qué dirán”. ¡Ya basta! Hay qué pararlo.

Señores, señoras he vuelto al blog. Y lo voy hacer por la puerta grande.

1 comentario:

  1. WOW! Me has dejado sin palabras...
    Y si, ¡el tiempo es oro!
    Me has motivado, que quieres que te diga...
    Así que, lo leeré de nuevo cada vez que necesite un empujoncito! ^^

    Besos cielo!

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